Cuando nos ponemos en una postura de “paladares negros”, los argentinos somos insoportables. Nos pasa en muchos aspectos, todo el tiempo, y en temas de los más diversos. En esto, el fútbol es un perfecto caldo de cultivo. Y si es a nivel de Selección, peor. Queremos el oro y el moro. Somos capaces de poner en tela de juicio a quienes hicieron de su habilidad con una pelota un arte. O sea, si Messi es el mejor del mundo, no nos conforma. Queremos 11 “messis” jugando los 90 minutos a full, ganando los partidos por goleada. Pero como la realidad es ese paredón contra el que choca hasta el más idealista, lo que percibimos como un pase que busca una pared de antología, la pelota y sus competencias nos devuelven un ladrillo con el que terminamos cayendo sin remedio. Como argentinos que somos, a esta formación que está llevando adelante Scaloni, mezclando experiencia y juventud, hay quienes le encuentran peros. “Pero no ganaron nada”; “pero fulano es mejor en este puesto que mengano”; “pero por qué siguen llamando a zutano”. El pero más grande es el de la frase “vuelven los perdedores”. Un repaso a nombres y apellidos lleva rápido a saber quiénes son esos “perdedores” de mundiales y copas América. Perdedores que, muchos opinan, cuando juegan con sus equipos sí muestran sangre. Perdedores que ahora están procurando llevar al país al Mundial de Qatar y que buscarán ser reyes del continente. ¡Cuántas selecciones querrían tenerlos!; nosotros les ponemos un cartelito.
La Selección, en eliminatorias y Copa América: un mayo de grandes éxitos